Marta Apablaza, periodista Prensa U. de Chile
La egresada de Licenciatura en Ciencias con mención en Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile, trabaja en el prestigioso Instituto Max Planck de Radioastronomía en Alemania, donde investiga la formación estrellas en el centro galáctico.
“¿Qué habrá ahí?”, era la pregunta que se hacía de niña, Denise Riquelme Vasquez, -astrónoma de la Universidad de Chile-, cuando miraba el cielo. Esta pregunta, simple y curiosa, albergaba también un impulso y una pasión por descubrir e investigar el universo. Cabe destacar que esta curiosidad y pasión, fue lo que llevó a Denise a convertirse en una destacada astrónoma que trabaja para el Instituto Max Planck de Radioastronomía, uno de los centros de investigación más prestigiosos de Alemania.
En su camino para convertirse en astrónoma, Denise fue acompañada por su familia, quien siempre la motivó a estudiar dicha área del conocimiento. Así lo reflejan los veranos en la ciudad de La Serena, donde visitó los observatorios astronómicos Mamalluca y Tololo nutriendo su pasión por la investigación.
Así fue que Denise cursó la enseñanza media,y decidió ingresar a la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas a estudiar Licenciatura en Ciencias con mención en Astronomía. “Mi primer año en el Plan Común de la FCFM fue duro pero motivante. Mi paso por la Universidad de Chile fueron los mejores años”, describe.
Los misterios del Centro de la Galaxia
Tras pasar por la Universidad de Chile y realizar sus estudios de doctorado en el Instituto IRAM de Granada en España, Denise, llegó a Bonn, Alemania, para trabajar en el Instituto Max Planck de Radioastronomía. Desde allí, Denise dedica su investigación a comprender los misterios de la zona central molecular de la galaxia. “Es curioso, pero la zona central de la Galaxia, muestra propiedades distintas a las nubes moleculares que están en los brazos espirales de la misma. Como astrónoma, la zona central de la Galaxia es muy interesante de investigar pues es el lugar donde están ocurriendo muchos fenómenos energéticos. En esta zona existe una mayor temperatura y choque, y otras condiciones muy distintas, que son muy interesantes de estudiar”, explica.
Según la astrónoma, la pregunta más famosa sobre esta área de investigación de la astronomía versa sobre la formación estelar y las condiciones que inhiben la aparición de estas. “En el centro de la galaxia, existen mayores temperaturas y una gran densidad, pero la eficiencia de la formación estelar es baja comparado con los brazos espirales. Entonces, para las condiciones físicas que uno observa en las nubes moleculares en el centro de la galaxia, uno esperaría mucha formación estelar pero en verdad no hay la formación estelar que uno esperaría, lo que produce mucha curiosidad cientifica”, sostiene.
Asimismo, Denise también forma parte de equipos internacionales e interdisciplinarios que realizan expediciones en el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA según sus siglas en inglés), avanzado laboratorio aéreo, que fue parte fundamental del descubrimiento de moléculas de agua en la Luna.
Consultada por lo que más le apasiona de su trabajo, Denise, entrega un recuerdo simple pero conciso. “Cuando estaba estudiando en la FCFM, estuve haciendo unos laboratorios de astronomía y tuve la suerte de hacer una práctica de verano donde fui a realizar una observación junto con el profesor y académico de la U. de Chile, Leonardo Bronfman. Estábamos observando y me dice: ¿Tú te das cuenta que somos los primeros en el mundo que estamos accediendo a esta información? Somos los primeros en la tierra que estamos viendo esta emisión y es una primicia. Eso lo encontré maravilloso. Tener la opción de estudiar algo nuevo algo que no se ha visto antes”, relata.
Investigación astronómica de frontera
Para Denise, la calidad de la investigación en astronomía en Chile está a nivel mundial. Sin embargo, para ella toma mucha relevancia la condición de laboratorio natural para la astronomía de nuestros paisajes y la opción de que los astrónomos chilenos tengan un 10 por ciento de horas de observación. “Es un montón. Soy chilena, pero trabajo en una institución alemana, pero para tener horas de observación en Alma, la competencia es enorme”, sostiene.
Y afirma: “Es una pena que no haya inversión suficiente en ciencia en Chile para que haya más astrónomos trabajando en el territorio. Con la enorme cantidad de horas de telescopio que tienen los astrónomos chilenos, la ciencia que se podría hacer -si hay más fomento- es de frontera. Tenemos los mejores laboratorios del mundo para desarrollar ciencia, además de personas excelentemente capacitadas, pero no existen los recursos para contratar más astrónomos, para crear centros de investigación ni para crear instrumentación astronómica”, sostiene.
“La preparación que tienen mis colegas en Chile, es muy buena y es una pena que no se invierta para que todos esos conocimientos de los mismos astrónomos puedan producir instrumentos astronómicos y descubrimientos trascendentales. Tenemos acceso a los telescopios, lo que no tenemos acceso es a que nos contraten y nos paguen y podamos volver a Chile”, cerró la profesional.